Mi cara sonriente no puede más
los espacios empiezan a llenarse de yuyos locos
sino mirá a esos que están allá también
los famosos espejos inútiles
que no tienen quien se mire dentro de si
no hay manera sencilla de abordar lo que el lenguaje olvidó bajo el sol
y algo se descoloró
y quisiste decir perdón
entonces tu lengua se volvió
jodidamente como la piedra
que no es piedra eh
y se disfruta porque al fin de cuentas es tan payasa
que solo acumula cuentas y cuentas y cuentas
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