21 de abril de 2020

Cuando vas a donde dice la dirección


Un tipo está sentado en un banco en una plaza, vemos que luce desarreglado parece algo rudo pero no necesariamente un mal tipo, revisa su billetera y no tiene un peso, para colmo tiene hambre, está en el centro y eso es lejos, asique llegando la tarde pega la vuelta para su casa, yendo en bondi va pensando y vemos que en un asiento en diagonal al suyo hay una señora con un par de bolsas de compra en el piso que va hablando con su teléfono algo despistada porque cuando se da cuenta casi se olvida de bajar en su parada, pero por suerte bajo a tiempo apurada, sin embargo se olvidó una de sus bolsas, y eso el tipo lo ve , no duda en agarrarlo, la bolsa tenía algunas compras, un dulce de leche, unas galletitas, y además el monedero de la señora, entonces el tipo aprovecha el dinero. En la siguiente escena el tipo está en una parrilla terminando de comer un choripan, paga y después se pone a revisar un poco cuánto dinero más tiene el monedero, se encuentra además con un papel con una dirección,  una hora y una fecha anotada,en un rato es,  entonces el tipo se manda, a ver qué onda,  termina llegando a una puerta, que está abierta, y hay un pasillo largo, por el que se manda, al llegar ahí un lobby  y unas habitaciones con sus respectivas puertas, el tipo se manda en la primera que escucha algo del otro  lado, cuando entra se encuentra con una especie de fiesta de cumpleaños, digo especie porque no se termina de entender bien quién está celebrando  ahí, porque los personajes que ahí aparecen no tienen una relación, hay de todo, en si que se pueda deducir a priori que es lo que está sucediendo realmente, sin embargo todos los que están ahí saben  muy bien a qué están, menos nuestro personaje, este tipo que se encontró un monedero y fue a la dirección que decía ahí adentro de curioso el tipo y que por ahora pasa desapercibido, y disfruta la fiesta, come algo, habla un poco, en algún momento sucede una discusión o un momento incómodo por el que tipo decide irse de ahì, asique vuelve al lobby y ahora es una especie de sala de espera de consultorio, y la gente que allí aguarda es extraña, como seres de distintas dimensiones, demonios que esperan ser atendidos en el consultorio, por la puerta entra entonces  una mujer rubia y le agradece que haya ido ahí,que si podía devolverle el monedero,  que si le parecían podían salir afuera a charlar, en la vereda fumaron un pucho y ella le develó que probablemente se vayan a conocer mañana si se toman ese mismo bondi, que estaban en un sueño después de todo, hablando desde un punto en el mundo astral al que si se logra llegar se dispone de  las bifurcaciónes de cada rama onírica que figuarece en el sueño colectivo y que él sin darse cuenta había llegado soñando aquél día.

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