21 de abril de 2020

Golpe de suerte, suerte negra las cartas


Cómo cuando el  mítico doctor  Ferreyra que atendía en la salita del barrio Las Dolomitas, decidió por un instinto, un qué sé yo este día de Abril está lindo, hace otoño en todas las cuadras, todas las manzanas y si bien en la sombra hacía frío había un sol que entibiaba y es por ahí por donde él iba.
La calma del barrio de provincia donde se duerme siesta da algo especial en las tardes así, cuadras calmas de pensamientos y reflexión, hasta que el doctor cruza el pasaje de los liquidámbar y da  unos pasos en reversa para atender a un detalle que le llamó  la atención al pasar, un naipe tirado en el suelo, un naipe así cómo mirándolo espectante al doctor, el 10 de espadas, se lo guarda y desvía su retorno al hogar hacía una plazita a poco metros, se sienta en los banquitos esos que estan adelante del sauce gigante y aprecia la carta, después piensa así mismo:
 - Me han llegado mensajes así otras veces, desgraciadamente siempre advierten algo irreversible y pragmático, algo que ya está en marcha en este plano, que me acontece, que me dice, un momento de especulación de terror se vuelve para mi con todos estos años de experiencia de lo que significa encontrarse cartas como esta en el piso, siempre han sabido darme pistas por donde ir a lo largo de mi trayectoria, supe lograr que no me agarra por  sorpresa la naturaleza por en la que se desenvuelven las cosas en hechos  posteriores a la aparición de cartas, me acuerdo que al principio sólo juntaba las cartas cuando me empezó a parecer habitual toparme con ellas, se me hizo algo prolífero , fueron surgiendo variados mazos  con las cartas, pero no fue hasta esa vez que me encontré un 3 de copas de camino a al cumpleaños de mi amiga terapeuta  Guillermina Fugazzi, donde estaba su hermana Carolina quien fuera después el gran amor en mi vida, fue ella la que me contó el carácter simbólico de la llegada de estas cartas a mi vida, que no a todas las personas se les refleja de la misma forma, que aproveche a tomar perspectiva de mi con lo que estuviesen marcando, me había dicho que a ella también le sucedía algo parecido aveces en fotos polaroid que ella sacaba, daban la representación de un complejo mensaje cifrado en simbólos que sucedían ahí mismo delante de sus ojos que le estaban hablando, después con ella pasaron cosas hermosas  y aquella carta había sido el aviso, como también otros sucesos importantes en mi vida fueron marcados por la precedencia de naipes de la baraja española,   el nacimiento de mi hija, el accidente de mi compañero en el hospital, la traición que derivó en meses largos de depresión, la calma de la conquista de la casa soñada, la enfermedad de mi madre, entre otras cosas, pero hubo una cuestión más complicada que me inquieta desde que ese razonamiento pasó por mi mente, una carga que necesito liberar, hablo de la vez que me encontré el rey de oros cuando vivía en Olivos y una semana después paseando a Madreperla, mi perrita compañera de entonces, me encontré  con medio millón de dólares detrás del tacho de basura que está de camino al parque de los jacarandá, disparé de prisa la vuelta a casa y me dispuse a observar todo el dinero que había llegadó hasta mi, supe de inmediato que era de esto lo que había hablado aquél arcano menor,  nunca había visto tantos billetes en mi vida y con ese dinero conseguí pagar todas mis deudas, costear nuestro casamiento,  conseguí poner mi consultorio y una sala de emergencias acá en Las Dolomitas y comprar una casa grande donde vivir con mi familia y otra donde veranear, fue un tiempo donde la seguridad económica nos hizo bien y se dieron nuevas conquistas, mucho bienestar, calma y prosperidad fueron marcados por un 9 de oro que encontré cerca de nuestra puerta a los días de habernos mudado.
 La próxima carta que encontré fue mes y medio después, un 7 de espadas y luego a los dos días un  10 de espada así como este que encontré hoy apareció cerca de una rendija que sentí iluminar en el piso del subsuelo de la estación del subte D,  la sombra que mancha esta historia, fue que esa plata que había caído del cielo,  vino de algun lado, lo primero que deduje o quise creer en aquellos días fue que se le había caído a un avión de algun político que pasara o que había sido perdido por uno de los camiones blindados, en un descuide muy costoso de operarios ineptos de un banco  privado muy conocido, que a lo sumo un par de tipos nomás habrían sido despedidos por ese error y me convencí de que estuve bien en no dar alarma y haber devuelto el dinero a la policía, me convencí de que yo lo necesitaba más y que si ya había sido avisado por el universo de aquella riqueza, me correspondía, eso fue lo que pensaba ante aquél golpe de suerte pero no, me acuerdo bien que estaba con mi hija merendando en la mesa del comedor aquella tarde cuando ví por la tele que habían hallado el cadaver del ingeniero Jauregui, que había desaparecido de la puerta de su casa en zona norte, y que la familia no había hecho público su desaparición porque desde le principio habían puesto sus fantástico  ahorros, parte de su patrimonio  dados al pago del secuestro de medio millón de dólares, en esa época era muy común los secuestros express pero ninguno había sido tan costoso y despiadado como resultó este, al tipo no solo lo habían matado, lo habían torturado y profanado su cadaver de manera espantosa, las cosas que se fueron descubriendo en los medios días posteriores fueron tremendas, desagradables y suceptibles, se había establecido que el tipo murió de dolor a lo largo de 6 días agonizando mutilado. Aquél finde semana, mediado por muchos vasos de alcohol fino que había comprado y mirando la noche fría oscura de nueva luna que hacía afuera , no quedó lugar en mi cabeza para pensar en otra cosa que afrontar los hechos e hilar los puntos hasta explicarme a mi mismo, que ese golpe de suerte  de medio millón de dólares encontrado de camino al parque de los jacarandas, era sin dudas, la condena a muerte de otro hombre, que indirectamente yo había sido su verdugo, por más que no haya sido consciente de lo que realmente estaba sucediendo, tomar noción de toda esa data manchaba de sangre aquél dinero y toda conquista obtenida de él, fue así que solo pude ver sangre en esa casa y derepente todo estaba maldito, solo veía sangre cuando iba a mi prestigioso consultorio, sólo veía sangre cuando me vestía, sólo veía sangre cuando me subía al mercedes, sólo veía sangre cuando me desayanuba mi rostro desfigurado de culpa y dolor en el espejo, sólo veía sangre cuando veía a mi esposa Carolina y mi hija nadando en la pileta de la casa felices, inocentes,  ignorando el espanto y la culpa que me causaba todo eso, todo esa circustancia en la que me había embarrado, sólo veía y había sangre en todo, conocer el rostro de aquél pobre tipo  solo hizo que empeoraran las cosas y  se diera un tiempo de turbulencias  y  desgracias en mi vida donde  perdí todo lo que tenía y había conseguido hasta entonces, hasta quedar solo, entonces sólo había merca y encierro lejos de todo y todos, la luz yacía en la lejanía de un tierno beso con lágrimas de sal en la cara de Carolina cuando se marchaba con la nena a la casa que habíamos comprado en punta del este, extrañada por el cambio errático en mi forma de ser, en mis supiros anidaba un  deseo constante de olvidar, olivdar era la quimera que habitaba en mi pecho hueco, hoy recuerdo esa época como el peor momento de mi vida, la gran crisis de mi existencia, un desmedido dolor  del que pude resurguir años después, mediante mucho trabajo de autoconocimiento, de aceptación de mi mismo, pero callé todo eso por miedo a la condena pública, por miedo de esclarescer aquél crimen que para la familia habían sido unos asesinos despiadados que mataron a su familiar apesar de haber recibido el pago que habían efectuado, familia que quedó en la quiebra,  sin paz por el siniestro, cómo iba a entregarme a eso, a hacerme cargo de esta manera de estar en  este lugar del que jamás quise estar,  no le conté jamás a nadie  mi tortura, Carolina bueno, ella interpretó otra cosa sobre mi y nos alejamos una buena temporada y luego vino el divorcio, y luego mucho muy luego rehice mi vida acá en Las Dolomitas atendiendo la salita de la que soy dueño, donde me involucro con cada paciente de manera distinta tratando de que  no ver más sangre  en vidas que pasan por mis manos, y aunque seguí encontrándome cartas a lo largo de todos estos años, no le volví a dar atención a ninguna hasta hoy, hasta esta tarde cálida en este barrio rodeado por estructuras alemanas y calles circulares, laberínticas de una ciudad de jardínes calmos bajo un cielo argentino pleno,  pienso que voy  a disfrutar de la tibieza de este sol antes de seguir el camino.
Cuando el doctor Ferreyra dispuso y volviose al retorno de su hogar, cruzando la calle, un colectivo fatal tomó su vida en la quieta avenida del barrio Las Dolomitas, gotas de sangre mancharon la corteza de un jacarandá que posaba en la esquina aquella, manchando de gotitas surgió un signo de sangre en la pared, y sus anteojos, su estetoscópio y su carta de 10 de espadas decoraron el asfalto rojo.


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