21 de abril de 2020

Carta a una señorita en Polvorines


A la deriva, 30 de junio

Querida: Te escribo desde algún lugar, para tratar de explicarte mi posición y para que así vos puedas decirme en qué lugar debo estar…. Así ubicarme en  este mapa. Creo estar padeciendo una enfermedad muy grave, sino como se explica que en todos estos días naufragando me sienta tan mal y miserable, verdaderamente vacío, antes no era así, el mar acompañaba mis penas y glorias,  eso me bastaba, era suficiente para mi existencia, pero ahora, ya no más.  Miro atrás, y me da la sensación de que aquel vacío es la sombra de una ausencia esencial. ¿Vos tenés idea sobre esto? ¿Te sentiste así alguna vez?
Te cuento esto a vos que tanto te preocupaste anteriormente por mí, y porque me dí cuenta de algo totalmente extraordinario, tengo la convicción de que me siento más enfermo cuando pienso en vos. Sí, no es que te esté echando la culpa de mi tormento, pero es raro, ¿No te parece? Cuando cuento los días que pasaron desde la última vez que te ví, es como si hubiese vidrio roto en mi vientre y rasgara más con cada instante en el que me doy cuenta que estoy más lejos del último momento con vos.
Es angustiante la verdad estar así, siento, quizás, que la única solución para poner fin a mi enfermedad es tenerte cerca y tratar de llenarte de cosas lindas, de mucho amor, del bueno.
No sé en que posición crees que te condiciona lo que te digo, pero puedo darme cuenta que el lugar en el que estoy yo hoy, es el reflejo de una angustia por padecer esta enfermedad que siento y es que me siento enamorado.
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