21 de abril de 2020

La lluvia romantizada en la despedida con faroles amarillos

Pero no fue sino, hasta el día en el que ella lo fue a visitar a su casa cuando él descubrió la belleza de la lluvia. Habían pasado él día juntos, arrimados, embragándose en la mirada del otro, disfrutando entre oscuridad y caricias, el ruido de la lluvia por la ventana, pero rápidamente, cuando se quisieron dar cuenta, llegaba el momento de despedirse. En el camino hacia la parada del Bondi, la mente de él, estallaba, estaba muy seguro que si tuviera que morir ahí, no tendría ningún problema, estaba seguro que quería hacer del momento algo eterno y sobre sus cabezas, caían gotas de lluvia que junto a las luces amarillas de los faroles y la soledad de la calle hacían el paisaje perfecto para una pintura realmente hermosa. Inevitablemente llegó el momento de separarse, y se despidieron con la promesa de volverse a ver, o al menos él tenía en claro que eso era lo que quería, volverla a ver.
La historia luego sigue un poco más de charlas a la distancia,  coincidencias de recitales, imaginate la alegría viendo a Charly García desde adelante con ella, cuando la señaló cuando Fito Preguntó donde estaban la chica más linda de Buenos Aires, el universo daba movimientos claves de sincronía, desde luego se le iba pintando de colores el alma cada vez,  pero concluye con le pena típica de la no correspondencia, de la forma en que las maneras parecen mas difusas, despidiose con ternura por la compu, afuera llovía también.

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