Puta suerte maravillosa.
Gus Battistutta Poesía
Puta suerte maravillosa.
Las ramas del árbol suenan
como el susurro en las copas
de aquellos parques asolados
por la temporadade deshojarse
en un acantilado de emociones,
donde alguien muy atolondrado
trata de ver al sol
durante un eclipse
y atraviesa así un vidrio
astillando de espejos florales,
que preguntan sobre si mismos
devenir en qué ahora?
y ojo con cortarse y con las vibraciones bajas
con las que alimentas parásitos dimensionales
como aquellas larvas del bajo astral
que reptan la profundidad de otros planos
el antídoto entonces
es el bálsamo milagroso
refinado de eucaliptus
que desintegra las sombras del escorpión
que posa sobre las caléndulas tendidas.
--2019--
Amiga noctámbula
Ya no veo más que el verde en la llanura
Cuánto misticismo se luce en tus ojos
Antes de seguir
Vierte el licor de la noche que sueña la miel
Y derrama por entre los tilos refugiados del aurora
Un insomnio fantástico
Ahora, algo susurra en la placidez lunática
No me dejes yacer inmóvil
Llevo tantas muertes
En una vida dormida
Una carretera
Y la pálida brillando
Después
La mañana mece y adormece
Mece y adormece
Qué pereza che
--2015--
Ventilador de palabras
traduciendo la oscuridad
de ojos bien cerrados
tarde o temprano el ruido
de la vitrina te alarmará
del día de sol
Canto de pajaritos al rededor
que dicen?
espiando por la rendija
alcanzo a maravillarme
con el gran suspiro del cielo
mi mirada amarilla se fugó
de sus negros cristales
ahí nomás fue que vi
en la desmesurada presencia
del momentus presentus
las olas en el punto de fuga
los vecinos volcándose
para que el impacto
no desarmase la tierra
descansada en remolinos
de la real vorágine
macerada en flores marchitas
Que ricardos tus darines
Cuando acompañan la atmosfera
de una temporada desbordada
en los pliegues del deseo
Florcida las horas salvadas
que liberan me
de no pretender ya naranja
Que me ocupe en una
Lo que titila es un suspiro más
Encajado en la levedad irrisoria
Que ricardos tus darines
Anidados en los párpados
De la nostalgia de lo que no fué
A largas distancias
de los versos que me comí
Y empacharon de emputecida bruma
Los recovecos ilusos de la espera
al frío de la mañana irresoluta
Confío en mi sol estelar
Como confio en la espada que corta
La cabeza del dragon de la inseguridad
Del antídoto que me protege
De los fantasmas de la ansiedad
Del escudo de las cosas que amo
Y se conectan todos los canales
En el mismo dial de la comprensión
De lo clave y sustancial que riega
Este valle de flores amarillas
De aromos que solo vos y yo conocemos
De un momento tan tuyo y mio
Es real imaginar que no hay tormenta que valga
Que arruine el paraíso imperfecto que puede ser
Lo que reúne nuestros corazones
A travesar esta experiencia que es
Lo que sentimos