Presencia purpórea literaria de abolorios danzantes
con lo que vibra un parlante digital
en tintas sillas ocupadas
Por la perla última de la noche
se lanza a la parla
una calavera verde cristal
de hoja de vidrio que taja y raja a carcajadas
[Extendiendo en sus manos las ramas santas que sugieren la posibilidad total de consumarse en puro néctar del más genial]
(Por supuesto la corazonada especulará un sinfin de veces hasta asomar la lengua de nácar que lame sabiamente las saladas cicatrices de la espera)